MarÃa Elvia HernÃĄndez VÃĄzquez (Elvia VÃĄzquez
Horas sin pausaÂ
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DejarÊ aquellas horas sin pausaÂ
a la sombra de la intemperie,
sin el rostro del dolor.
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Sin la palidez de los azahares,
compaÃąeros fieles de los olvidados.
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En el silencio de los cementerios dejarÊ los dÃas sin luz.
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El dolor agobianteÂ
lugares sombrÃos con el llanto perdido.
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Con mis lÃĄgrimas de ÃĄmbarÂ
ahora sembrare mÃĄs plantÃosÂ
de rosas y violetas.
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Emprendere nuevas tareas.
Con mis pupilas bien fijas en los detallesÂ
que me brinda la puesta del sol.
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Ahora miro desde la ventana abierta,
ya sin la prisa del tiempo,
ni el latir de mà corazÃŗn en agonÃa.
BRISA SIN RECLAMOÂ
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Callada tarde de abril,
Traes a mà el aroma fresco.
Camino sin prisa,
veo pasar los ruiseÃąores,
aletean felices,
su trinar trae el encuentro amigable,
te invitan a tomar otros rumbosÂ
con la brisa desprendida de los ÃĄlamos.
Es la brisa simulada,
callada, donde solo existen las frases noblesÂ
ante los viejos, los jÃŗvenes…
Han pasado los aÃąos y ellos,
los ÃĄlamos, han escuchado las historias realesÂ
que han quedado grabadas en sus troncos con puÃąo y letra.
Fechas, figuras, en la bÃēsqueda traductora.
Percibo al caminar la trayectoria de las voces,
entre la lluvia reciÊn llegada sin reclamos.
Pero tendrÃĄs que apretar el paso para llegar mÃĄs lejos.
Hasta donde estÃĄn ellos.
MarÃa Elvia HernÃĄndez VÃĄzquez (Elvia VÃĄzquez)
Ciudad de MÊxico
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